En el ámbito empresarial moderno el éxito de las empresas radica fundamentalmente en la capacidad que poseen los individuos que la dirigen, mucho más, que en los recursos o productos que ésta posea. Estamos en la era del conocimiento, del pensamiento creativo, donde conceptos como inteligencia emocional, administración de recursos humanos y cambio organizacional, influyen de forma positiva o negativa a la hora de evaluar el comportamiento de los directivos de una compañía.
Las empresas invierten cada vez mayores y mejores recursos en capacitar a sus empleados y entrenar a su personal ejecutivo. El “coaching corporate” se ha convertido en la herramienta de entrenamiento más empleada actualmente para formar a los individuos que intervienen directa o indirectamente en la toma de decisiones diarias en su empresa.
Como un maestro del ajedrez el directivo debe y necesita ante todo reconocerse a si mismo, trabajar sobre sus propios errores y defectos, es decir centrar su preparación primeramente sobre los factores ajenos a su actividad empresarial, aquellos que inciden en su conducta, en su estado de ánimo, como son los problemas personales, su salud y luego dirigirse al segundo grupo de factores que inciden directamente en su labor, como son la actitud, la falta de confianza y la falta de atención sobre cuestiones inherentes a sus funciones. Estos factores determinan, en un estado primario, la capacidad de un individuo para dirigir, organizar y administrar el recurso humano que posee para desarrollar su empresa.
Antonio Pavez Vargas
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